dimecres, 30 de març del 2011

Frío, mucho frío.

Josefina calentaba sus manos y se las ponía en la barriguita a Gerardo como podía. También le soplaba con su aliento caliente.
-Dos añitos y medio…se decía. Ole, ole, mi niño ya crece. Y Vicente?
En el campo la vida continuaba. Las mujeres le decían todo lo que tenía que hacer: Si le sube la fiebre cúbrelo con paños calientes! Mira a ver como tiene el pene! a lo mejor le hace falta una operación! L e has mirado las mejillas? Las paperas son lo más común…No, perdona, el sarampión quiero decir…
Poco a poco, se decía ella, poco a poco.
-No sé de donde ha venido esto. A quien le toca?
Aurora tenía un papel en la mano.
-“Voy a pasar a Francia”! Menuda estupidez…
-De quien es eso?, algún inútil que nos ha dejado un anuncio? Dijo Paca. Paca llevaba unos meses en el campo. Deseaba que por lo menos la trasladaran a Argelès, un campo que tenía eco en todas partes, y avecinaba grandes cosas, no en el que ella estaba.
Aurora calló. No le gustaba que sus subordinadas le hicieran la pelota.
-Bien-dijo-en todo caso, que se sepa que ha llegado una carta de un tal Vicente que dice que va a pasar a Francia.
Josefina volvió a respirar.

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