dimarts, 3 de maig del 2011

El final de una etapa

Aquí acaba aquest conte. Falten coses que només pertanyen a la intimitat de les persones. Espero que us hagi agradat. El final segueix de la següent manera:

Vicente cruzó la frontera en medio del frío, la angustia y el horror de haber visto lo que había visto. Pero como dice la canción...

Diez mil veces que los tiren
diez mil veces los haremos
Tenemos la cabeza dura
los del cuerpo de ingenieros.

En el capítulo "La Carta" se decía:
"El sargento tuvo problemas. La nieve cubría casi todo el camino. Cruzar la frontera fue toda una odisea: controles, mal tiempo, enemigos…
Llegó al campo.
-Tengo una carta para una refugiada-dijo-
-Hay muchas refugiadas aquí, déjala y nos haremos cargo de ella.
Al sargento no le gustó la idea.
-Se perderá…Será mejor que la deje en algún sitio menos visible.
Detrás de la alambrada, con una piedra sujetándola!!! Pensó.
Dicho y hecho. –A Josefina-, decía la misiva.
Contento de haber cumplido la misión del comandante, empezó a pensar como volver al cuartel."


Un mes después Vicente cruzó la frontera con el salvoconducto que le permitía poder estar con su hijo y su mujer.
Después de pasar con ellos un tiempo, respondió por carta a la petición que le realizaban desde la Bretaña, en el norte de Francia, como fuerza de trabajo, en el bosque cercano a Rennes. Le ofrecían un trabajo para colectar la leña y ayudar con el carbón. Según indicaban los propietarios en la carta, el negocio iba a ser redondo, porque, entre otras cosas, Alemania estaba dispuesta a comprar toda la producción energética que pudiera.

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